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No hay sueños sin sentido

La Sagrera, Barcelona. 17/07/18


Mientras escribo esto me estoy comiendo una tortilla “sangrante” y un pan con tomate que ni les cuento… Lo tenía que decir, lo acaban de cocinar. En el centro de Barcelona la comida no es tan buena. Estoy a tres cuadras de casa, (Carola y Gerard nos alquilaron una habitacion y nos sentimos muy en casa), pero no pude evitar entrar en una cafetería de la plaza, al lado del Espai Jove (Espacio Joven) del barrio. Me encanta que haya tantos espacios que promuevan la vida social del barrio. Siempre veo carteleras en cada barrio, actualizadas con actividades. El otro día volvíamos a eso de las 11 de la noche y nos encontramos que en la puerta de este lugar estaban reproduciendo “Litle Miss Sunshine” al aire libre, para algunos vecinos... Ayer vi que van a pasar una de dibujitos en otra plaza a la vuelta de lo de Celsa y Antonio, mis primos, este jueves. Obvio que si podemos vamos a ir.



A Ger y a mí nos encantó este barrio desde la primera vez que vinimos a visitar a los primos. Tiene veredas aaanchas, llenas de arboles, con colegios, mercados, placitas y espacios para que los niños jueguen y se “tiren” desde las rampas con sus mini bicis (al grito de: Allá voy Yaya!), esas sin pedales, con las que comienzan a sus 3 o 4 añitos y que a uno les da vértigo verlos.


Por las tardes, sobre todo ahora en vacaciones de verano hay muchísima vida en el barrio. La gente sale a buscar a los nenes a las colonias o los abuelos salen con sus nietos, hay ruido a gente, a niños jugando, llorando, riendo, mujeres hablando a Blues (nuestro gato), que se queda en las ventanas. Una de las ventajas ( y desventajas) de vivir en los Bajos es que se escucha todo. No sé por qué tengo esa obsesión de espiar la vida de la gente. Me encanta escucharlos e inventarles la historia de sus vidas. Si veo a los abuelos pienso en quienes serian esas personas antes de estar así sentaditos con su bastón. Su profesión, sus viajes, o sus penas… A veces los ves charlando con los otros viejos o jugando al ajedrez o a otro, tipo tejo, en las canchitas que hay a veces… Sabían que hay mesas de ping pong en muchos lugares?

Yo se que son “tonterías”, pero hacen que haya otro estilo de vida...

Y también se escuchan los mismos tipos de conversaciones: que si hace calor, que si llueve, que si todo está caro, que si los abuelos ven poco a los nietos (“ peor es nada” esciuché), que si me duele acá o allá… Pero al final, la gente tiene otro humor… La queja es común en todos lados. Creo que un deporte internacional. y siempre vamos a encontrar algo de qué quejarnos no?

Da igual, como sea, este barrio nos tiene muy mimados. Y estamos muy contentos de haber encontrado a Gerard y Carola, nuestros compañeros de piso. Con ellos podemos compartir muchas cosas y no nos sentimos inquilinos. Nos hicieron sentir en casa desde el primer dia. Y ver a Gerard imitando a los Argentinos no tiene precio!


 

Hace unos días me fui en bici hasta el banco (a ver si tenemos suerte y nos regalan una tele por abrir nuestra cuenta ahí en la época del mundial). Era de esas mañanas hermosas, calurosa, con vientito y olor a Costa atlántica. No sé por qué yo sentía ESE olor. Y no. No era olor a pescado. Pero si alguien estuvo por la costa Argentina seguro sabe a que me refiero. En fin, iba muy tranquila por el carril de bici y veo que un chico frena en la luz roja y se pone a escribir con tiza en la calle. Yo pensaba: Hola, alguien lo ve? Eso es legal? Esperaba ver alguna frase onda “Libertad presos políticos” pero no. El chico sube a la bici, la luz se pone en verde y a medida que me acerco leo: “No hay sueños sin sentido”…


Por qué ese chico escribió eso justo ahí? Justo en el momento que yo pasaba? No lo vi frenar mas, no se a donde fue. Solo se que lo leí y me sentí bien, como si fuera en el camino correcto. Me gustó el simple hecho de que alguien se sienta inspirado y con ganas de alentar a otros, de recordarnos algo que ya sabemos y a veces olvidamos.



Eso tienen los viajes. Me alientan a hacer algo más, a soñar, a pensar qué quiero hacer el resto de mi vida, a convencerme cada día más que tengo que hacer algo que me guste, que tengo la oportunidad de elegir y que siempre va a haber gente que piense lo contrario, gente que me haga sentir naif, pequeña e ignorante con sus comentarios. Y si. Soy Naif, pero también tengo los pies en la tierra, se cómo se mueve el mundo, también sé que quiero algo más. Quiero poder retirarme el día de mañana como el papá de Carola que se va a vivir frente al mar. Y quiero vivir HOY. Quiero encontrar la forma de salir de casa con ganas, y no levantarme y pensar que ya quiero volver…


Estos últimos años para mí fueron un redescubrimiento. Entendí, por ejemplo, que la Hotelería me gusta mucho pero no es mi pasión. Entendí que lo que me emociona y me mueve son los niños y los ancianos. Entendí que si quiero ser feliz con mi profesión, esa profesión va a tener que estar enfocada en el área de educación y ese es mi sueño para mi regreso a casa...


Ojalá todas las personas que admiro y quiero puedan encontrar en algún momento de sus vidas algo que los apasione, que los movilice, porque nunca es tarde para soñar y “No hay sueños sin sentido”.





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