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¿Que hay mas allá del mas allá?

Sierra Nevada, España. Enero, 2020


“¿Qué hay más allá del más allá del más allá?”...

Es lo que le pregunte a mi maestra de 1o grado cuando nos explicó qué era el planeta tierra y dónde estaba. Es que aun a esa corta edad yo había entendido el concepto de infinito y mi cabeza explotó cual bing bang. Infinito... ¿Y yo siempre acá? Creo que sin ser consciente de lo que me pasaba, el bichito viajero y curioso ya se había despertado dentro mío. Había encontrado mi Elemento sin saberlo.


El Elemento, según el escritor Ken Robinson es donde confluyen las cosas que te encanta hacer y las que se te dan bien. Es entonces el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales. También piensa que "Para encontrar tu Elemento es fundamental poder conectar con otras personas que compartan tu misma pasión" y es donde entra Ger y todas aquellas personas que vamos conociendo en el camino, que nos hacen sentir que no estamos solos en este viaje y que nos abren puertas para seguir.


A menudo me pregunto: “Como encontrar palabras para describir el mundo?” Lo que han visto mis ojos y lo que ha sentido mi alma al recorrer tantos lugares que siempre había soñado conocer...No tiene explicación.


Y ahora que he visto tanto, siento que he visto tan poco, que mi vida finita no alcanza para recorrer este mundo interminable y enorme. Y recuerdo a acróbata del camino que escribió: "el viajero es preso de la paradoja de querer dar la vuelta a un circuito infinito".


Ya sé que no podré verlo todo, pero espero que mi todo sea suficiente y, como dijo Flor (amiga y ex compañera del trabajo de Lau, mamá de Ger) en el bar más alto de Londres, "cuando llegue ese día, el ultimo día, pueda mirar atrás y decir: cuantas cosas que hice!"





“¿Qué hay mas allá del mas allá del mas allá?”. Aun hoy me acuerdo ese momento y a mi maestra eligiendo a otro niño para que haga preguntas más fáciles de responder. Y de vez en cuando el interrogante me ronda en la cabeza. Me propongo al menos responderme qué hay en el mundo “alcanzable” a mis pies. Y ahora que miro el cielo por encima de las nubes en sierra nevada, pienso: “Que bien que fui fiel a mis deseos!”. Me siento agradecida con mis posibilidades y mis decisiones y quiero seguir tirándome de cabeza al agua, quiero seguir conociendo, aprendiendo, riendo, emocionándome y sobre todo seguir conociendo gente mágica, de esas personas que parecen puestas por el camino mismo para hacerte saber que todo está bien, que estas en el planeta de los vivos.

Y como me recuerda Ger: “Nunca nadie se arrepintió de ser valiente”.


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